Argumento: En Los
cigarros del faraón, Tintín perseguía a una organización
internacional de traficantes de droga por Oriente Medio y la
India. Logró capturarlos a todos, excepto a su jefe, cuya
identidad no llegó a conocerse al final de la aventura. Al
comienzo de El Loto Azul, Tintín disfruta de la hospitalidad
del maharajá de Rawhajpurtalah, un imaginario estado indio.
Allí recibe la visita de un chino que va a traerle cierta
información pero, antes de que pueda hablar, es herido por
una flecha que lo enloquece misteriosamente, y sólo puede
pronunciar dos nombres: una ciudad, Shanghai, y un nombre de
persona, Mitsuhirato. Tintín parte hacia Shanghai y se
entrevista con Mitsuhirato, que es el representante de Japón
en la ciudad. Éste le indica que el maharajá corre peligro,
y que debe regresar sin tardanza. Tintín es objeto de una
serie de misteriosos atentados contra su vida, de lo que es
salvado de forma igualmente misteriosa. Creyendo las
recomendaciones de Mitsuhirato, Tintín se embarca para
Bombay, pero es secuestrado a medianoche y reaparece, a la
mañana siguiente, en una casa de Shanghai. El propietario de
la casa es el señor Wang Jen-Ghié, jefe de la sociedad
secreta "Los Hijos del Dragón", que precisa la ayuda de
Tintín para acabar con una red de traficantes de opio (la
misma que Tintín perseguía en el álbum anterior) en la que
está involucrado Mitsuhirato. Intentando espiar a estos
traficantes, Tintín es testigo de un sabotaje a la línea
férrea realizado por orden de los servicios secretos
japoneses para culpar a los chinos y tener un motivo para
invadir el país. Es capturado por Mitsuhirato, quien le
inocula supuestamente un producto para causarle la locura.
No obstante, fracasa, y Tintín logra escapar, por lo que
Mitsuhirato alerta a las autoridades japonesas, que ponen a
Tintín en busca y captura. Disfrazado de oficial japonés,
Tintín intenta refugiarse en la zona internacional, y
localizar a un tal Fan Se-Yeng, que puede curar al hijo de
Wang Jen-Ghié, enloquecido a causa del producto de
Mitsuhirato. Por no tener sus papeles en regla, es detenido
en la zona internacional y entregado a las autoridades
japonesas, que lo condenan a muerte. Sin embargo, es
rescatado por Wang Jen-Ghié y parte hacia Hou-Kou para
localizar al profesor Fan Se-Yeng, que también ha sido
secuestrado. En el viaje, Tintín hace amistad con un joven
chino, Tchang Tchong-Jen, con el que llega a Hou-Kou. Las
autoridades de la zona internacional han enviado en busca de
Tintín a Hernández y Fernández, que, como es habitual,
fracasan al intentar detenerlo. Tchang y Tintín descubren
que Fan Se-Yeng está en poder de Mitsuhirato, y regresan a
Shanghai para intentar liberarlo.
Curiosidades:
Antes de la realización de este álbum, la visión de otras
culturas en los álbumes de Tintín estaba cargada de
prejuicios. Cuando Hergé anunció que la próxima aventura de
Tintín iba a desarrollarse en China, el padre Gosset,
capellán de los estudiantes chinos de la universidad de
Lovaina, escribió a Hergé pidiéndole mayor sensibilidad en
lo que escribía sobre China, ya que estaba preocupado por lo
que sus estudiantes pudieran pensar. Hergé aceptó, y en la
primavera de 1934 Gosset le presentó a Zhang Chongren/Chang
Ch'ung-jen (Chang Chong-chen), un joven escultor de la
Academia de Bellas Artes de Bruselas. Hergé y Zhang se
hicieron pronto amigos, y el estudiante chino introdujo a
Hergé en la historia, cultura y arte chinos. Como resultado
de esta experiencia, Hergé se preocupó en adelante, tanto en
El Loto Azul como en los álbumes subsiguientes, de
documentarse minuciosamente acerca de los lugares visitados
por Tintín. Los abundantes carteles en chino que aparecen en
la obra no son, como lo era el árabe de Los cigarros del
faraón, meros dibujos caligráficos, sino auténticas frases
en ese idioma, a menudo de carácter político. Un ejemplo de
este trabajo de documentación puede verse en lo que ocurrió
con el álbum La isla negra. Cuando su editor en el Reino
Unido se quejó de la imagen de Inglaterra que se presentaba
en el álbum, Hergé envió a su cercano colaborador Bob de
Moor a documentarse exhaustivamente, lo que tuvo como
consecuencia importantes cambios en el álbum. Como homenaje
a su amigo chino, Hergé introdujo en El Loto Azul a un
personaje, Chang, un joven chino que hace amistad con
Tintín, trasposición literaria de su amigo Zhang Chongren.
La relación de Tintín con Chang sirve a Hergé para mostrar
los prejuicios occidentales acerca de China. |